¡Que llegue el maldito sobre! Socios, Igor, Asier y Alejandro

15.01.2013 23:05

No había dudas. Era histórico. Había que estar en Bucarest sí o sí. Por tierra, por mar o por aire. En bicicleta, en tren o en globo. Ni nos lo pensamos. Había que conseguir las entradas y el vuelo. La demanda era exagerada, pero el último esfuerzo tenía que llevarse a cabo. Nos pusimos manos a la obra. Trabajo en equipo para lograr 4 entradas y sus correspondientes vuelos a la capital rumana. Después de patearnos todas y cada una de las agencias de viaje, el asunto se complicaba por momentos. No había sitio en ninguna.Tras el bajón inicial, decidimos no bajar los brazos. Tocaba el rastreo por internet con el ya conocido riesgo a la estafa. Encontramos algo. Hicimos el pago con la supuesta garantía de que dos o tres días antes de la gran final tanto los billetes del avión como las entradas llegarían por correo a nuestro domicilio. La espera se hizo eterna. Llamadas y teléfonos echando humo. Faltaban cuatro días y ni rastro del ansiado sobre. Faltaba tres y nos empezamos a quedar sin uñas de tanto mordérnoslas. A falta de dos nos estábamos quedando calvos del miedo a pensar en que nos habían tomado por imbéciles. Por fin, el histórico sobre llegó a nuestras manos un díaantes de la gran final. Eran las once de la mañana y después de celebrarlo con el resto degrupo, vimos que existía una pequeña variedad. En lugar de salir el día del partido a las once de la mañana desde Bilbo hasta Bucarest, había que acudir al aeropuerto de Vitoria esa misma madrugada para partir. No hubo pegas. Unas cervezas por Las Carreras y de empalmada para San Mamés desdedonde partía el autobús destino a Foronda (Vitoria). Con nuestros billetes de avión y nuestras entradas pegadas con silicona en el cuerpo partimos hacia elaeropuerto. Los pelos de punta. Así se nos pusieron cuando vimos aquel aeropuerto totalmente rojiblanco. Era unainvasión en toda regla. Eran las cuatro y cuarto de la mañana y el aeropuerto parecía el mismísimo Pozas. ¡Qué ambientanzo! ¡Aupa Athletic! El vuelo partió a las seis y a eso de las nueve de la mañana poníamos un pie en tierras rumanas. Debió ser el izquierdo visto el resultado. Era un día para disfrutar y así lo hicimos. El Athletic hiria echaba chispas y las cervezas volaban. Por fin dentro del impresionante estadio disfrutamos lo que Falcao nos dejó. Lo peor el resultado pero que nos quiten lo bailao porque hicimos historia con once aldeanos. Fue un chasco pero prometemos volver.


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