Así da gusto mudarse

El Athletic vence 2-0 en Anoeta y se situa líder en un partido igualado que decidió la calidad individual

IÑIGO SANZ (DONOSTI).- No pudo ser más fructífera la mudanza rojiblanca a casa del típico vecino molesto que todo hijo de vecino sufre en su comunidad. Lejos de un fútbol brillante y de altos vuelos, el Athletic decidió aferrarse al pragmatismo puro y duro. Ganar, que era lo tocaba, y poco más. Ni flores, ni adornos. No era la noche del fútbol preciso, de bisturí, así que se optó por ser prácticos. A la causa bilbaína contribuyó, y de qué manera, su adversario. Osasuna no pudo ser más dócil. Los de Mendilibar, todo pundonor y entrega, sufrirán como cada año para evitar el descenso. La plantilla navarra no cuenta con jugadores con excesiva calidad individual, condición sine qua non se puede sobrevivir en primera.

El 2-0 final a favor de los leones quizás resulta excesivo. El encuentro fue igualado, trabado y feo. El inicio del choque fue para los leones que impusieron su calidad en la medular para adueñarse de la pelota. De este modo llegó la primera gran ocasión del partido cuando Aduriz envió al poste un balón en profundidad. Con el paso de los minutos Osasuna fue asentándose y tomando la medida al partido. Los foráneos fueron acaparando el balón paulatinamente hasta que tuvieron la opción de agujerear la portería defendida, esta vez, por Herrerín. En primer lugar tras un envenenado córner que a punto estuvo de convertirse en gol olímpico. Después, un tiro cruzado que el meta rojiblanco dejo pasar y que detuvo por un instante el aliento de las veinte mil gargantas que inundaron Anoeta. Sin embargo, fueron los de Valverde lo que se adelantaron cuando un centro de Susaeta fue rematado en su propia meta por Arribas.

En la segunda mitad los papeles que los más eruditos daban por sentados, se invirtieron. El Athletic se encerró en campo propio para hacer daño a la contra. Los de Mendilibar no tuvieron más remedio que recoger el guante, pero la posesión no es lo suyo. Demasiados pases en horizontal, escasa profundidad y falta de imaginación en los últimos metros. Suficientes factores negativos para no poner en peligro el triunfo local.  Ibai tuvo la paz en sus botas cuando en una contra consiguió burlar al portero. No se atrevió a golpear con su pierna menos buena y perdonó. A la siguiente llegó la vencida. De Marcos aprovechó los espacios y su velocidad para lograr la segunda victoria en otros tantos partidos. Dos de dos y a seguir soñando. (Más información en el próximo número de yosoyunleon).