Asfixiados
El Athletic no puede con la presión de un Espanyol superior en lo físico
IÑIGO SANZ.- No supo sobreponerse el Athletic a la meticulosa trampa preparada por Javier Aguirre para la noche del lunes. El Espanyol tejió una telaraña en la medular que ahogó por completo a los centrocampistas rojiblancos, sin duda, el punto fuerte de los de Ernesto Valverde. Un equipo, el Athletic, que se empequeñece sin la pelota. Que no sabe jugar el otro fútbol y que se evapora cuando le toca comparecer como actor secundario. Dentro de la jaula españolista destacó Víctor Sánchez, que ofreció un verdadero recital en lo físico y además anotó dos tantos, el primero soberbio y que difícilmente repetirá. El 3-2 final hace suponer una igualdad que no existió. Como ya sucedió en la primera etapa de Valverde, el Athletic tiene pinta de volver a ser aquel equipo goleador, pero incapaz de poner cerco a su meta. Partidos locos, repletos de goles en ambas porterías y sin un ápice de tranquilidad. No apto para cardiacos y mucho menos para aficionados con algún problema de corazón.
Pese a los desesperantes fallos defensivos, no se debe olvidar la labor del trencilla que obvió un penalti de libro cometido por Colotto que se ayudó escandalosamente de la mano. Tras este lance, el Espanyol fue haciéndose con el control del partido merced a una asfixiante presión en todo el campo que impidió que los peloteros del Athletic rascasen bola. Dicha presión propició pérdidas cerca de la meta de Iraizoz que fueron sembrando el pánico hasta que Víctor Sánchez anotó el gol de su vida desde fuera del área. Los locales continuaron mandando con mano de hierro, pero aún así los leones supieron hacer valer su calidad para empatar antes del descanso gracias a una jugada de tiralíneas comenzada por Beñat, prolongada por Mikel Rico y culminada por De Marcos con sus ya habituales llegadas desde la segunda línea.
El segundo periodo fue un calco del inicio del choque. Un deja vú. A los cuatro minutos del segundo asalto, Víctor Sánchez volvió a mostrarse como la verdadera pesadilla foránea al anotar el segundo gol. Vuelta a empezar para el Athletic, que quizás se complicó con unas rotaciones todavía innecesarias. No pudo rehacerse de este golpe el Athletic. El 3-1 llegó con excesiva prontitud tras una de las jugadas tontas del año y que tanto le gustan a Iraizoz a quien le persigue la mala suerte por momentos. Después de una serie de rechaces en los que el meta bilbaíno atajó dos balones a bocajarro, fue el propio navarro el que se introdujo el balón en su propia meta. La cuesta arriba aumentaba en su porcentaje. Valverde introdujo entonces a Herrera, Susaeta e Ibai Gómez, pero ya era demasiado tarde. Lo leones intentaron introducirse en el partido y lo lograron en las postrimerías del encuentro cuando Ibai, de soberbio libre directo, puso una pizca de emoción a una noche aciaga.