Cómodos bajo presión

10.04.2014 17:48

IÑIGO SANZ.- Después de innumerables jornadas en la placidez del cuarto puesto y aprovechando los errores de sus perseguidores, le tocó al Athletic actuar con el aliento en la nuca. Esa era la gran incógnita, saber como reaccionarían los leones bajo la presión del Sevilla. Una prueba de fuego a la que los de Valverde respondieron de la mejor forma posible y con triunfo en el Ciutat de Valencia (1-2) ante un Levante que no supo competir.

45 minutos de buen juego fueron más que suficientes para doblegar a un rival duro y competitivo pero incapaz de frenar la movilidad de Muniain y Susaeta, dos dolores de cabeza continuos. Con la posesión de su lado, el Athletic encerró a su adversario en su campo donde, precisamente, más cómodo se encuentra. En el minuto 11 llegó el primer serio aviso de los rojiblancos. Muniain, eléctrico, fue derribado claramente por Juanfran dentro del área y el colegiado no dudo en señalar el penalti. Sin embargo, los once metros supusieron un nuevo palo moral. El enésimo error y un nuevo lanzador en busca del codiciado especialista. Le tocó a San José que si bien es cierto que engañó al guardameta local, envió el cuero fuera de la portería. El Athletic no se desinfló y pronto reaccionó con un gol de Aduriz. Corría el minuto 15 cuando el ariete recogió un balón suelto en el área para marcar de disparo raso con la colaboración de un defensor. Los de Valverde controlaban el juego y el partido y Muniain a punto estuvo de acertar con un soberbio disparo. Tras esta ocasión llegó la acción desafortunada del encuantro cuando una escalofriante entrada de Casadesús al tobillo de Mikel Rico propició la lesión de éste último. Otro varapalo más y otra reacción al instante con el 0-2 obra de nuevo de Aduriz que aprovechó un centro de Herrera al segundo palo para cabecear sin oposición. 

Tuvo que arriesgar el Levante en el segundo tiempo e ir arriba para intentar meterse en el partido. Al Athletic ya no le duraba tanto el balón debido a la presión de los locales, pero lo cierto es que apenas creaban peligro y la mayoría de las ocasiones finalizaban con disparos lejanos. Tal era la inoperancia del ataque levantinista que tuvo que ser San José con un gol en propia meta el que metiese a los de Caparrós en el partido. Quedaban veinte minutos más placenteros de lo esperado. Lejos de sufrimientos, estuvo el 1-3 más cerca que el empate y los de Valverde dieron un paso de gigante hacia el objetivo europeo.

Por Iñigo Sanz.