En la trampa
IÑIGO SANZ.- El Athletic cayó en la trampa de su viejo amigo. Joaquín Caparrós visitaba de nuevo La Catedral dispuesto a hacer de las suyas y a aplicar la fórmula que tantas y tantas veces le dio frutos cuando defendía el escudo rojiblanco. Solidaridad defensiva, trabajo de todas las líneas y eficacia máxima de cara a portería. El Granada fue más inteligente y se aprovechó de la resaca europea de los locales para anotar un tanto que a la postre significaría los tres puntos. Apostó por rotar Ernesto Valverde y lo pagó caro. Hasta cinco cambios introdujo el técnico, si bien es cierto que dos de ellos, Laporte e Ibai, fueron obligados debido a sendos problemas físicos.
En el primer periodo poco o nada se pudo atisbar del Athletic al que acostumbramos. Las constantes imprecisiones con el esférico se tradujeron en quebraderos de cabeza para el centro de la zaga rojiblanco. Etxeita y San José tuvieron que lidiar con el rapidísmo Córdoba que no desperdició ni un despiste del rival. Precisamente un error garrafal fue aprovechado por el delantero. Le tocó a Iturraspe la cruz del partido. El de Abadiño, siendo el último jugador, se entretuvo demasiado y lo pagó caro. A Córdoba no le tembló el pulso y puso el 0-1 en el luminoso.
La segunda mitad fue eterna para los de Caparrós. El Athletic despertó de su letargo y, aunque sin muchas ocasiones que contar, fue poniendo cerco a la portería del conjunto andaluz. La entrada de Mikel Rico y Borja Viguera otorgó otra dinámica a un equipo que asedió a su adversario en la última media hora. Caparrós, que no acostumbra a avergonzarse cuando necesita amarrar un resultado, no dudó a la hora de retrasar unos metros más a sus jugadores para conseguir un triunfo clásico suyo, curiosamente, la primera vez que lo consigue en San Mamés como visitante.