Ganar al Athletic: “realmente” sencillo
IÑIGO SANZ (BILBAO).- No nos queda más que el consuelo de pensar que el Athletic ha tocado fondo. Que los leones han apoyado los pies en lo más hondo para tomar impulso y comenzar a ganar partidos. Ahora ya somos conscientes de que hay que pelear por la salvación. Por ser mejores que los tres últimos clasificados. Una lucha ya olvidada en pasados años, pero que habrá que recordar cómo se luchó y como se salió adelante. Tuvo que ser nuestro querido vecino el que nos pusiera de una vez en nuestro sitio. Una Real que sin dominar en exceso el encuentro aprovechó su dinamita arriba para imponerse 1-3 con comodidad. Las alarmas se encendieron definitivamente. Y es que preocupa, y mucho, la facilidad con la que los adversarios se imponen. No necesitas vanagloriarse de un juego exquisito, ni tan siquiera defender especialmente bien. Les basta con colocarse medianamente bien y esperar el error de los leones.
El derbi no fue la excepción. El Athletic, arropado por un ambientazo en La Catedral, saltó al césped a morder, a atosigar y a embotijar a la Real en su campo. Logró el objetivo. Los de Bilesa imprimieron un buen ritmo de juego y atacaron por ambas bandas para abrir la zaga realista. De este modo, las ocasiones para los locales fueron apareciendo hasta que el tanto llegó. Corría el minuto 30 cuando Aurtenetxe entro por su carril y encontró opción de centrar con garantías. El pase del lateral encontró rematador en el segundo poste mediante Ibai que, directamente, rompió el esférico para lograr un tanto de bella factura por alto. Se las prometía muy felices el Athletic. El dominio terrenal tenía su recompensa en el marcador. Poco duró la alegría en la casa del pobre. Griezman aprovechó en el minuto 34 un centro lejano en el que Iraola no estuvo a la altura en su marcaje. Tras no saber rematar a su rival, el Athletic tomó rumbo a los vestuarios para no volver a aparecer. La segunda parte los leones no se presentaron. Ni una parada de Claudio Bravo y la sentencia de la Real que se aprovechó de dos cantadas de los locales. La primera de Raúl, que no supo blocar un centro y que Agirretxe aprovechó. La segunda vino dada a través de un garrafal fallo de los centrales que dejaron un inexplicable solar en el centro de la zaga que Vela no perdonó. (Más información en el próximo número de la revista yosoyunleon).