Reparto justo de errores
IÑIGO SANZ.- El Athletic sigue agarrándose con uñas y dientes a la cuarta plaza que da derecho a pelear por estar con los elegidos del fútbol europeo la próxima temporada en la Champions. Tocaba hacer buena la cómoda victoria ante el Granada en una plaza difícil de torear para los leones en los últimos 25 años. Los rojiblancos lograron rascar un punto en Mestalla en un choque igualado, que cualquiera de los dos equipos pudo llevarse y que estuvo marcado por dos errores del colegiado que supusieron el empate a uno final.
Los de Valverde saltaron al césped dispuestos a imponer su particular tiranía con el balón de por medio. Los leones regalaron unos primeros veinte minutos de excelente fútbol que asfixiaron a un Valencia agazapado, esperando aprovechar la velocidad de sus futbolistas a la contra. Con una fluidez de juego encomiable, el Athletic dispuso de dos claras ocasiones. En primera instancia la tuvo Aduriz que se valió de un garrafal error de marca de los centrales valencianistas para remtar solo en el interior del área aunque desviado. En segundo lugar Ander Herrera tuvo el tanto en sus botas. El centrocampista se deshizo de un defensor al borde del área de un soberbio control orientado para después golpear el balón de modo exquisito. No le acompañó la fortuna. El cuero se estrelló en el poste mientras el guardameta Alves hacía la estatua y rezaba lo que buenamente sabía. Tras la avalancha rojiblanca llegó la reacción taronja. El Athletic tuvo que replegarse y el Valencia se adelantó en el marcador gracias al olfato de Alcacer. Un tanto que jamás debió subir al marcador por un claro fuera de juego Feghouli.
A los siete minutos de la reanudación llegó el buscado empate rojiblanco. Feghouli, no contento con el protagonismo adquirido en el fuera de juego del primer tanto, forcejeó en el interior del área con un Herrera que se dejó caer cuando sintió el aliento del francés. El colegiado, quizás por la ley no escrita de la compensación, no dudó en señalar la pena máxima. Aduriz volvió a asumir la responsabilidad ante el parapenaltis Alves. El guardamenta valencianista interpretó que el disparo se produciría por el centro como en los dos últimos lanzamientos convertidos por los leones. Sin embargo, el delantero tuvo la sangre fría suficiente como para batirle por bajo. Curiosamente, tras el empate los de Valverde perdieron el control del encuentro. El Valencia se estiró y ganó la partida en la medular aunque sin crear demasiado peligro. Keita tuvo en sus botas el triunfo en una genialidad dentro del área que se le fue lamiendo el poste. Un periodo para cada equipo y un justo reparto de puntos que permite a los leones afrontar con garantías la decisiva visita al Villarreal el próximo lunes.
Por Iñigo Sanz Loizaga.
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