SAN MAMÉS NO SE LO MERECÍA

El histórico campo se despide de competiciones europeas en un choque más aburrido de lo esperado.

IÑIGO SANZ (BILBAO).- Si Mamés levantará la cabeza anoche. El santo, que logró domar a los leones a los que fue entregado para acabar con su vida, se habría dejado devorar. No pudo ser más triste la despedida del glorioso estadio. Un campo sin engalanarse para su última función, parte del público enfrascado en hacer su propia guerra contra un jugador local y un partido sin alicientes que terminó resultando soporífero. Hasta tal punto resultó pesado el acontecimiento que ningún aficionado salió del campo sabiendo si los guardametas se habían presentado. Ni una parada. Un larguero visitante, un lanzamiento cerca del poste de Muniain, un cabezazo blando de Aduriz y algún lanzamiento desde la frontal del área. Por lo demás, poco ritmo, poco riesgo y demasiado juego horizontal. Como única nota positiva la sobriedad del joven Aymeric Laporte como central y el debut en La Catedral de Peña y Morán. Quizás la verdadera despedida se produjo ante el Sporting de Portugal el curso pasado. Agur Europa, San Mamés Barria volverá a disfrutar de tu magia. (más información en el próximo número de la revista yosoyunleon.)