Sin fondo de armario
IÑIGO SANZ (BILBAO).- No pudo el Athletic sentenciar su privilegiada posición de Champions. Los de Ernesto Valverde sucumbieron de nuevo ante su bestia negra de la presente campaña, el Atlético de Madrid. Una derrota (1-2) más que justa, justísima y en el que los leones se vieron superados durante todo el envite. No hubo opción de reaccionar tras el 1-2 de Koke. Con Herrera expulsado e Ibai Gómez en el dique seco, el técnico rojiblanco tuvo que recurrir a Toquero, Guillermo y Beñat como revulsivos. Demasiada poca carne en el asador y escaso fondo de armario para sorprender a una escuadra sólida como la de Simeone.
No pudo comenzar mejor el partido para los leones. Minuto 6 y gol de Muniain que aprovechó una peinada de Aduriz para batir a Courtois de vaselina. Tras el chispazo inicial, el Atlético comenzó a hacerse dueño y señor del encuentro controlando la situación en la medular y aprovechándose de la velocidad al espacio de un inspiradísimo Diego Costa que ganó la partida a los centrales bilbaínos en cada balón dividido. El hispanobrasileño dispuso en primera instancia de un mano a mano tras un pase al hueco de Koke que Gorka atinó a despejar. Pero no quiso desperdiciar su segunda ocasión. Una absurda pérdida de balón de Iturraspe en el medio campo tras intentar dar un pase en horizontal. Costa definió esta vez a la perfección entrando por el flanco izquierdo y finalizando al palo largo.
Poco o nada cambiaron las tornas en la reanudación. El Atlético continuó más intenso, más fresco y con mayor claridad de ideas buscando constantemente a su delantero y referencia. Laporte tuvo que detenerle dentro del área cometiendo un clamoroso penalti que el colegiado no pitó. Tuvo que ser Koke el encargado de poner la sentencia. Filipe Luis apuró la línea de fondo y el medio madrileño cabeceó adelantándose a los centrales. Cuando toda La Catedral preveía un guión en el que los colchoneros se colgarían del larguero buscando la contra, los de Simeone sorprendieron a propios y extraños apostando por el control del balón y buscando una tercera diana. Tanto que pudo llegar en otra polémica acción. Laporte siendo el último hombre derribó a Costa y el rechace favoreció al Cebolla Rodríguez que se quedaba sólo ante Gorka. El colegiado, pésimo para unos y otros, no aplicó la ley de la ventaja y tuvo que pedir disculpas a los jugadores atléticos que no daban crédito. Con un hombre menos sobre el verde, el Athletic se dedicó a bombardear balones al área sin ton ni son y para la polémica quedará un clamoroso penalti no señalado de Arda sobre Toquero.