Victoria por inercia
IÑIGO SANZ (BILBAO).- No tuvo demasiada historia el Athletic-Levante. Llevados por la inercia positiva del triunfo ante el Nápoles, el conjunto de Valverde no hizo más que dejarse llevar para lograr una cómoda victoria (3-0) ante un Levante que poco o nada propuso.
En líneas generales, el encuentro fue una réplica del pasado miércoles con la gran salvedad de la calidad individual de los rivales. El Athletic, como viene siendo habitual sobretodo en San Mamés, fue el responsable de cargar con el peso del encuentro a sus espaldas. Así, con el Levante encerrado en campo propio, las ocasiones fueron cayendo con cuenta gotas hasta que el melón terminó de abrirse. Los dos primeros avisos llegaron de las botas de Aritz Aduriz. En primera instancia tras un gol anulado y en segundo lugar tras rematar a bocajarro un gran servicio de De Marcos que ganó con soltura la línea de fondo. Fue en el minuto 32 cuando el primer tanto de la tarde levantó San Mamés. De nuevo con una réplica prácticamente exacta del tanto anotado ante el Nápoles. Ibai botó desde el córner izquierdo un centro cerrado que Aduriz, libre de marca, remató de cabeza.
La sentencia tardó en aparecer. Tuvo que ser de nuevo a balón parado donde el Athletic encontró su particular filón. Ibai Gómez sacó su guante para regalar la segunda asistencia de lujo de la tarde. Misma secuencia. Centro tocado del bilbaíno, desajuste defensivo clamoroso del Levante y cabezazo a la red de Iturraspe poco dado a celebrar goles propios. Con el 2-0 el partido directamente murió. El Levante se convirtió en un muñeco roto en manos de un Athletic conformista que se dedicó a matar el tiempo, a dar una nueva oportunidad a Unai López y a maquillar el resultado por mediación de Iker Muniain.
Por IñigoSanz Loizaga.